Estatutos Iglesia Cristo Vive Hoy
Preámbulo:
La Iglesia Templo Evangélica Cristo Vive Hoy, situada en la calle Salvá nº32, se constituyó de forma organizada como parte de las Asambleas de Dios de España en junio de 1995, como punto de misión y en junio del año 1997 quedó establecida como iglesia.
Nombre:
La Iglesia local se denominará Templo Evangélica Cristo Vive Hoy
Membresía:
La membresía de la Iglesia Templo Evangélica Cristo Vive Hoy estará compuesta por creyentes bautizados y comprometidos, que estén debidamente registrados en el Libro de Miembros de la Iglesia.
Prolegómenos:
1. Filiación denominacional
La Iglesia Evangélica Cristo Vive Hoy pertenece a la denominación “Asambleas de Dios España”, registrada en el Ministerio de Justicia con el número 2773-SE/A. Esta iglesia local acepta el compromiso de cumplir con lo estipulado en la Constitución y en el Reglamento Interno de las Asambleas de Dios de España.
2. Necesidad de conocer y fomentar las doctrinas cristianas
El propósito de esta Constitución es ayudar a los miembros de la iglesia Cristo Vive Hoy a conocer, y fomentar las doctrinas fundamentales de la fe cristiana, tal y como la propia Biblia nos insta hacerlo en diferentes textos (Mat.28:19,20; Mrc.16:15; 2ªTim.2:1-2,15).
Desde el día de Pentecostés los apóstoles enseñaron las doctrinas del Evangelio a creyentes y a no creyentes (Hch.2:40; 4:2). Los cristianos que obedecen a las instrucciones de Jesús y siguen tales ejemplos de proclamación y estudio fiel y constante de la Biblia gozarán de:
Una dirección acertada para su fe, conducta y servicio a Dios (2ªTim.3:16,17).
La continua presencia de Jesucristo quien confirmará la Palabra con las señales prometidas (Mat.28:20; Mrc.16:20; Hch. 2:43).
El amor de Cristo (Jn.14:15,21,23; Jn.15:10)
Verdadera libertad espiritual (Jn.8:31-33; Ro.8:1)
3. Objetivos de la Iglesia Cristo Vive Hoy
Los creyentes en Jesucristo que viven en la misma comunidad y que tienen afinidad doctrinal deben unirse para formar y constituir una iglesia local (Mat.18:17,20; Hch.8:1; Hch.9:31).
4. Objetivos de la Iglesia son:
Reunirse para adorar a Dios en espíritu y verdad (Jn.4:24,24; Sal.117; Col.3:16) en su culto y adoración.
Instruirse adecuadamente en las doctrinas sagradas de la Biblia para su crecimiento en:
a. Conocimiento espiritual (2ªPed.3:18; 2ªTim.3:14-17)
b. Santidad y moral (Sal.119:9; 2ªCo.7:1).
c. Amor a Dios y al prójimo (Jn.13:34)
Difundir el Evangelio en todo lugar (Mrc.16:15; Hch.1:8) a través de:
a. El testimonio vivencial (vida consagrada y fiel)
b. La proclamación de la Palabra de Dios
Estos tres son los ideales más altos a los que debe aspirar todo creyente. Si el cristiano se esfuerza en cumplirlos, su vida irá siendo transformada hacia un carácter cristiano noble y espiritual que traerá honra y gloria a Dios y será instrumento para salvación de otros.
Doctrinas Fundamentales
A. Las Sagradas Escrituras
La Iglesia Templo Cristo Vive Hoy fundamenta su fe, conducta y doctrina en los 66 libros (39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento) que componen la Santa Biblia.
A.1. Inspiración plenaria y verbal
Creemos que el Espíritu Santo dirigió e inspiró a los escritores de la Biblia, en la selección de las palabras usadas al escribir, tal y como aparecen en los documentos originales. Sin embargo, la personalidad del autor humano fue respetada al extremo que sus características como escritor son preservadas en estilo y vocabulario empleados, pero sin intromisión de errores.
Entendemos asimismo que la inspiración verbal se extiende a la totalidad de la Biblia de manera que ésta es en todas sus partes infalible en cuanto a la verdad de Dios revelada (2ªTim.3:16; Sal.119:160).
A.2. Inerrancia
Puesto que la Biblia es inspirada por Dios y de origen divino es lógico que el propio Espíritu Santo guiara a los escritores sagrados para que éstos no cometieran ningún error en su labor. Creemos que Dios preservó de errores a aquellos que por inspiración de Dios acometieron la tarea de reflejar por escrito las revelaciones que Dios dio a lo largo de la historia de la humanidad. Añadir o quitar algo de la Biblia tiene consecuencias desastrosas (Ap.22:18,19).
A.3. Revelación divina
En su sentido teológico la palabra revelación da a entender el acción sobrenatural de Dios comunicando al hombre lo que de otro modo éste no podía saber. Revelación es la influencia directa de Dios para comunicar su Verdad y Propósito al hombre.
Creemos que la Biblia es Palabra de Dios para el hombre. En ella Dios nos revela su carácter y sus planes. Como creyentes basamos nuestra fe y conducta en lo que Dios ha revelado en su Palabra (Isa.8:20).
A.4. Autoridad
Nuestro pensamiento acerca de la autoridad de la Biblia parte del hecho de que la Biblia misma asume en todas sus partes ser un mensaje dado directamente por Dios a los hombres. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, el reclamo implícito a una autoridad más que humana está en todas partes.
Basta mirar las afirmaciones de Jesús dando a las Escrituras el rango de Palabra de Dios (Mat.4:4; Mat.5:17,18; Mat.19:3-9; Mrc.7:6-10; Lc.7:26,27; Jn.5:39; Jn.17:17) o las de los propios apóstoles (Jn.20:30,31; 2ªPed.1:19-21).
En cuanto a la declaración de autoridad que el Antiguo Testamento es suficiente tener en consideración que expresiones como “vino a mí Palabra del Señor” o parecidas, aparecen unas 2000 veces en el Antiguo Testamento.
B. El Único Dios verdadero manifestado en la trinidad
La existencia del único Dios verdadero está claramente definida en las Sagradas Escrituras, las cuales revelan que subsiste en las tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mat.28:19; 2ªCo.13:14; Mat.3:16,17; 1ªCo.12:4-6; 1ªPed.1:2).
B.1. El Padre es Dios: 1ªCro.29:10; Ro.1:7; 1ªCo.1:3;Col.1:2; Gál.1:4
B.2. El Hijo es Dios: Jn.1:1; Isa.9:6; Jn.20:28; Ro.9:5; Tit.2:13
B.3. El Espíritu Santo es Dios: Hch.5:3,4; Mrc.3:28-30; 1ªCo.3:16; 1ªCo.6:19.
C. La Iglesia de Jesucristo
La Iglesia de Jesucristo está compuesta por aquellos que han sido redimidos por la sangre de Cristo (Ef.1:7), separados del mundo (2ªCo.6:16-18) que aceptan y creen en el Evangelio (Jn.20:31) y que viven según los preceptos cristianos (Tit.2:11-14).
C.1. La Iglesia Universal
Es la formada por creyentes, de cualquier denominación, que han experimentado la regeneración por el nuevo nacimiento (Jn.3) y que se someten a la Palabra de Dios.
C.1.a. Naturaleza espiritual de la Iglesia
Los símbolos usados en la Biblia para representar a la Iglesia muestran su naturaleza espiritual. La iglesia como Cuerpo de Jesucristo (Ef.1:23) donde Cristo es la cabeza (Ef.1:22,23; Ef.5:23) y donde los creyentes son miembros del cuerpo (1ªCo.12:12-27).
Este símbolo resalta:
1). La relación espiritual que existe entre Cristo y el creyente;
2). La relación espiritual que existe entre creyente y otro.
También manifiesta que la autoridad espiritual de la Iglesia reside en Cristo y no en personas que pretendan hacer de cabeza e intermediarios de la Iglesia en la tierra. Esto, sin embargo, no contradice la enseñanza bíblica de que el Espíritu Santo levanta ministerios para el crecimiento y la edificación de la Iglesia, tal y como se desprende de Ef.4:11-16.
C.1.b. La condición para ser parte de la Iglesia Universal de Jesucristo
La condición primordial para ingresar en la Iglesia Universal es la regeneración (Jn.3:3-5). Para poder experimentar la regeneración son necesarios tres pasos:
1). Un verdadero arrepentimiento (Hch.2:38; Mat.9:13). Este arrepentimiento consiste en la confesión de los pecados a Dios (1ªJn.1:9) y en abandonarlos (Jn.5:15; Jn.8:11; Prov.28:13).
2). Fe en Jesucristo y en los méritos de su sangre que limpia de todo pecado (Jn.3:16,36; Jn.14:6; Hch.16:31; Ef.1:7).
3). Confesión pública de fe en Jesús (Ro.10:9,10; Mrc.8:38).
C.1.c. La misión de la Iglesia en el mundo
Predicar el Evangelio de Jesucristo a toda criatura (Mat.28:19,20; 1ªPed.2:9,10).
Mantener las obras de santidad y justicia en el mundo (Ef.5:25; Mat.5:13-16).
Incentivar las buenas obras (Tit.2:14; Gál.6:10; Mat.5:16,44).
C.1.d. El mantenimiento económico de la labor de la
Iglesia en el mundo
No se necesitan fondos monetarios para comprar la salvación de las personas, ni para pagar a Dios por las bendiciones espirituales que de El provienen (Isa.55:1,2; Mat.10:8). Se precisan fondos para sufragar los gastos que ocasionan el ministerio y la labor de la Iglesia en su extensión por toda la tierra. El mantenimiento económico de la Iglesia es provisto por los miembros que la componen, ya que como es lógico y natural son los miembros los que mayor interés tienen
en que la Iglesia cumpla su misión en el mundo (1ªPed.2:9,10).
Respetamos la práctica del diezmo para aquellos que así lo entiendan delante de Dios, y creemos en el principio de la generosidad y la proporcionalidad (2ªCo.8:8-15; 1ªCo.16:2) que claramente enseña el Nuevo Testamento. La Biblia enseña que nuestras ofrendas y diezmos deben ser ofrecidos a Dios no como imposición sino voluntariamente y en agradecimiento (2ªCo.8:7).
C.2. La Iglesia Local
Como pámpanos de una misma cepa, como piedras vivas de un mismo edificio, como miembros de un mismo cuerpo, los cristianos han de vivir comunitariamente su vida, para poder formar lo que denominamos una Iglesia Local.
Ser miembro de una Iglesia Local implica tanto privilegio como responsabilidades, que se extienden a toda familia eclesial: La Iglesia Local es una congregación de discípulos de Cristo, unidos en la creencia de lo que El ha dicho y comprometidos para hacer lo que Él ha mandado. La relación familiar en la iglesia local se manifiesta congregándose en un determinado lugar de culto, comunión, oración, servicio, observancia de las ordenanzas del Señor, donación generosa y afán misionero y evangelizador colectivos (1ªCo.16:2; 2ªCo.caps.8 y 9). La iglesia local es el lugar donde deben ser encaminadas las personas ganadas para Cristo, y donde, mediante el ministerio de la Palabra, son después formadas y edificadas en la fe y en el conocimiento de Cristo (Ef.4:11-14; 2ªPed.3:18; Jud.20).
Las Iglesias Locales tienen la responsabilidad de:
Conservarse espiritualmente vivas, no por una mera ortodoxia o por un exacto cumplimiento de sus estatutos, sino sobre todo, por un constante espíritu de humildad, arrepentimiento y reforma, siempre de cara a la Palabra de Dios. Para ello se requieren tanto la predicación fiel, sistemática y expositiva de todo el consejo de Dios (Hch.20:27), como también el conocimiento experimental de Jesucristo por parte de todos, tanto dirigentes como simples miembros. No se puede olvidar que Cristo es la cabeza de la Iglesia.
Reconocer y desarrollar los dones que Dios imparte a su pueblo (Ro.12:6-8; 1ªCo.12).
Observar de forma correcta lo que el Reglamento Interno de las Asambleas de Dios enseña con respecto al envío de obreros y formación de nuevas iglesias.
D. La Salvación
D.1. La Salvación como obra de Dios a favor del hombre incluye:
a. La justificación (Ro.5:14-18)
b. La regeneración (Jn.3:3-5)
c. La santificación (1ªCo.1:2)
D.2. La Obra del hombre para recibir la salvación de Dios incluye:
a. Arrepentimiento (Mrc.1:15)
b. Fe (Mrc.1:15; Hch.11:6; Ef.2:8)
c. Obediencia (Heb.5:9)
La salvación de Dios a través de Jesucristo, según se desprende del Nuevo Testamento, lleva implícita: una liberación (desatar, liberar); una protección (preservar, proteger) y una defensa (proteger, defender).
D.3. La Salvación del alma
La salvación del alma es una transformación espiritual milagrosa que se efectúa en el alma y en la vida (Jn.3:3-5; 2ªCo.5:17; Ef.4:22-24) por:
a. La fe en la Palabra de Dios (Jn.1:11-13; 1ªPed.1:23)
b. La fe en la sangre de Jesucristo (1ªPed.1:18,19)
c. El arrepentimiento del pecado (Hch.2:38).
D.4. Dios ofrece la salvación al hombre, sólo a través de Jesucristo
a. Jesucristo es el único Salvador (Hch.4:10-12; Hch.16:30,31)
b. Jesucristo es el único camino (Jn.14:6)
c. Jesucristo es el único mediador (1ªTim.2:5).
D.5. No hay salvación a través de intermediarios
a. Nadie se salva por las obras (Ro.3:20-22; Ef.2:9;Tit.3:4,5).
b. Ni por los ídolos, ni imágenes (Exo.20:4,5; Isa.44:9-18)
c. Ni por María; la madre de Jesucristo (Hch.4:12; Lc.1:46-48).
Lejos de poder salvar a otras personas, ya que ella misma tenía necesidad de un Salvador (Jn.2:5).
D.6. El libre albedrío y la soberanía divina en la salvación
Tanto la soberanía de Dios como la genuina responsabilidad moral del hombre en la salvación deben ser tenidas en cuenta.
La Biblia declara que el hombre posee libre albedrio en cuanto a la salvación ya que:
La salvación es ofrecida universalmente a todo el mundo (Jn.3:16) y sólo la experimentan aquellos que creen y confiesan a Cristo como Señor (Ro.10:9; Hch.2:38,39).
Aunque la salvación de Dios es inalterable en cuanto a su
naturaleza, la salvación del hombre puede perderse o abandonarse si no se persevera en santidad y obediencia (Ro.11:22; 1ªCo.9:23-27; 1ªCo.10:1-13; Stg.5:19,20; 2ªPed.3:17)
Necesidad de perseverar (Mat.24:13; Mrc.13:13; Apo.2:10).
La predestinación: Dios predestina para salvación en base al propósito soberano de Dios (Ro.8:29; 1ªPed.1:2)
E. La Sanidad divina
La sanidad divina es prometida en las Sagradas Escrituras (Mrc.16:18; Stg.5:14,15; Sal.103:3).
La sanidad divina es privilegio de todo creyente, ya que se ha provisto en la expiación del pecado por el sacrificio de Jesucristo (Isa.53:4,5; 1ªPed.2:24).
Cristo sanaba a los que a Él acudían (Mat.8:16; Hch.10:38).
Dios es nuestro Sanador (Exo.15:26).
Los dones de sanidades son impartidos por el Espíritu Santo (1ªCo.12:9).
F. La Oración
El orar a Dios es un privilegio y deber de todo creyente (1ªTim.2:8; Lc.18:1)
F.1. La Oración es el acercamiento del alma a Dios en
comunión espiritual (Heb.10:19-22; Heb.4:16)
Para adorarle y alabarle por sus incontables bondades (Sal.103:1-3; Flp.4:6).
Para pedir a Dios por nuestra necesidad (1ªJn.5:14; Jn.15:7; Mat.7:7).
Para interceder (Ef.3:14-17; 1ªSam.12:23).
F.2. La Oración se hace a Dios
En el nombre de Jesucristo (Jn.14:13,14).
En el poder del Espíritu Santo (Ef. 6:18; 1ªCo.14:15; Ro.8:26).
G. El Bautismo en el Espíritu Santo
G.1. El Bautismo en el Espíritu Santo no fue solamente una experiencia para los apóstoles en el día de Pentecostés, sino también para toda persona que se convierte al Señor (Hch.2:38,39; Mat.3:11).
G.2. Todo creyente en Jesucristo debe buscar con fe la experiencia del bautismo en el Espíritu (Hch.1:5; Lc.24:49; Hch.2:4,5).
G.3. El bautismo en el Espíritu Santo se identifica por la señal inicial de hablar en lenguas extrañas (Hch.2:4; Hch.10:44-46; Mrc.16:17; Hch.11:14-17; Hch.19:6).
G.4. El bautismo en el Espíritu Santo nos da poder para ser fiel testigo del Señor (Hch.1:8; Hch.4:31).
G.5. La administración de los dones del Espíritu Santo y las manifestaciones del Espíritu Santo.
Se establece en cuanto a la administración de los dones del Espíritu según (1ªCo.13:1-13; 1ªCo.14:1-40).
El hablar en lenguas se hará con orden según 1ªCo.14:2b, 27, 28, ya que si entra cualquier inconverso por la mala administración se asuste, nos tome por locos y no venga más (1ªCo.14:23-33) porque nos dice la Biblia en 1ªCo.14:32-33 los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas, Dios no es un Dios de confusión sino de paz.
Si alguien no se somete a lo establecido de la Biblia y a las normas que hemos redactado anteriormente fundamentada en la Biblia, el pastor podrá llamar al orden y según el caso y la gravedad del asunto podrá llamar al orden o disciplinar.
En cuanto a las profecías se establece según 1ªCo.14:30-33, se administrará en voz alta para que la iglesia, el pastor, puedan discernir si reúne los 3 requisitos (edificar, consolar, exhortar), si por el contenido de la misma, se entiende que no proviene de Dios, se mandará callar a tal persona, a fin de no confundir a la iglesia y se tomarán las medidas adecuadas.
Si alguien tuviera profecía, interpretación o visión o sueño se establece como anteriormente se ha explicado, si tuviera duda y no lo administrara en la iglesia tendrá que dirigirse al pastor como aquel que Dios ha establecido como atalaya de la iglesia para que él pueda examinarla si reúne los requisitos que dice la Biblia. En ningún caso la persona expresará profecía, visión o sueño a otra persona ya que como experiencia en lugar de edificar, consolar, exhortar, puede dañar
o confundir a alguien.
H. La Santidad
El Señor nuestro Dios es santo y requiere que sus hijos sean también santos (1ªPed.1:15,16; Heb.12:14).
H.1. La santidad significa:
Limpieza de toda inmundicia (2ªCro.29:5,15).
Separación del pecado (1ªTes.4:3; 2ªCo.6:17).
Dedicación y consagración a Dios (Núm.8:17).
H.2. La santidad se alcanza:
Por la fe en la Palabra de Dios (Jn.17:17; Ef.5:26).
Por fe en la sangre de Jesucristo (Heb.10:10,29; 1ªJn.1:7).
Por la obra del Espíritu Santo en la vida (1ªPed.1:2; Gál.5:16-25).
H.3. El tiempo en que se verifica la santidad:
Santidad posicional: Inmediata y posicional (al momento de recibir a Cristo) (1ªCo.6:10,11).
Santidad dinámica: Progresiva, ya que el creyente está llamado a perfeccionar su vida en santidad y pureza (2ªCo.7:1).
I. Eventos del porvenir
I.1. El Arrebatamiento
Cristo vendrá para arrebatar a su Iglesia, llevando consigo a los creyentes santificados que vivan, juntamente con los que durmieron en Cristo, que serán resucitados en el mismo momento para reunirse todos con el Señor en las nubes (1ªTes.4:15-17).
I.2. La Segunda Venida
Cristo vendrá con su Iglesia (1ªTes.3:13; Jud.14), para juzgar a las naciones (Mat.25:32) y establecer el reino (Apo.20:4). La segunda venida será una manifestación completa y visible del Hijo de Dios en la tierra (Hch.1:11; Apo.1:7; Mat.24:30).
I.3. El Milenio
La duración del milenio está determinada por el texto de Apo.20:1-6 donde se declara seis veces que el reino milenario de Cristo será de mil años. Las condiciones existentes para el milenio serán:
Paz, como fruto del reinado del Mesías (Isa.2:4; Isa.9:4-7;
Isa.11:6-9; Zac.9:10…).
Gozo (Isa.9:3,4; Isa.12:3-6; Jer.30:18,19…)
Santidad (Isa.1:26,27; Joel 3:21; Zac.8:3, entre otras).
I.4. Estado Intermedio
Todos los cristianos estamos de acuerdo en que, después de la muerte, y hasta la resurrección, las almas desencarnadas están sobreviviendo en algún lugar; y los evangélicos en general creemos, contra los “adventistas” y los “testigos de Jehová” que dichas almas son conscientes de la condición en que se encuentran.
Los salvos entran, inmediatamente después de morir, en la presencia de Dios (2ªCo.5:8; Fil.1:23; Lc.23:43).
Los incrédulos, tras la muerte, viven en un estado de sufrimiento consciente (Lc.16:23..; 2ªPed.2:9).
La muerte no es el fin del ser humano pues habrá una resurrección completa de todo el hombre (Hch.24:15) para vida y para condenación (Jn.5:29).
I.5. EL Infierno
Es un lugar de duración eterna donde serán echados el diablo, sus ángeles, y los impíos (Apo.20:11-15; Mat.25:41).
Es un lugar de sufrimiento recuerdo, remordimiento y desesperanza (Apo. 14:9-11; Lc.16:19-31; 2ªPed.2:4).
Es un lugar fuera de la presencia de Dios (Ro.5:21; Ro.8:13; Jn.5:24; Jn.8:51).
J. Ordenanzas
J.1. Bautismo en agua
Es un tipo (símbolo) de la muerte del “viejo hombre” y la resurrección del “nuevo hombre”, para andar en una vida nueva (Ro.6:4-6; Ef.4:22-24).
Se requiere un testimonio claro y sincero de fe en el Señor Jesucristo por parte del candidato para ser bautizado (Hch.8:26-38; Col.2:12). Esto explica porqué los infantes no pueden someterse a esta ordenanza.
La fórmula bautismal aparece con claridad en Mat.28:19. El bautismo en agua se realiza en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
La palabra bautizar en los documentos originales del Nuevo Testamento escrito en griego da la idea de “sumergir”. El bautismo requiere sumergir al candidato en agua para que después emerja (Ro.6:3,4).
J.2 La Cena del Señor (Santa Cena)
Esta ordenanza fue instituida por el Señor quien mandó que se practicase hasta su segunda venida (Mat.26:26-30; 1ªCo.11:23-31).
Los elementos “Pan y Vino” representan y simbolizan “el Cuerpo y la Sangre” de Jesucristo (1ªCo.11:23-26). (De ahí que el “Esto” es mi cuerpo en vez de “Este” es mi cuerpo, en contra de la doctrina católica romana de la transubstanciación).
Esta ordenanza se celebra “en memoria” del sacrificio y la muerte de Jesús y nos recuerda las promesas de su segunda venida (1ªCo.11:26).
Es privilegio y deber de todo creyente participar de la Cena del Señor porque es símbolo de la participación de la naturaleza divina de Cristo (Jn.6:53-56).
Siendo una ordenanza que expresa la unidad de la iglesia (1ªCo.10:17) debe celebrarse comunitariamente.
Es requisito que el participante se examine primero para no tomar la Cena del Señor indignamente (1ªCo.11:28,29).
K. Ceremonias
K.1. Solemnización del matrimonio
El matrimonio fue instituido por Dios (Gén.2:18-24).
El matrimonio fue confirmado por Jesucristo (Mat.19:5,6;
Jn.2:1,2).
El matrimonio es del todo honroso y constituye una bendición
cuando es contraído sinceramente (Heb.13:4; Prov.18:22).
K.2. Presentación de niños al Señor
En esta ceremonia los padres traen sus niños de tierna edad a la iglesia para presentarlos al Señor en un acto de gratitud, reconocimiento y consagración. Esto se hace por los motivos siguientes:
Los padres manifiestan el deseo de que sus hijos crezcan bajo la instrucción evangélica para que al llegar a la edad adecuada se entreguen al Señor.
Los padres mismos harán solemne voto de mantener sus vidas en una alta norma de fidelidad al Señor para ser ejemplos a sus hijos.
La bendición de esta ceremonia tiene un doble aspecto:
Que los niños son una bendición del Señor (Sal.127:3).
Que los niños son bendecidos por el Señor cuando son dedicados
a Él (1ªSam.1:28).
K.3. Sepelios
En el entierro de los difuntos los creyentes y amigos acompañan a los dolientes en un culto donde la prioridad será la consolación y la esperanza. Después les acompañarán al cementerio donde el pastor tomará la dirección de la ceremonia de la sepultura (Hch.8:2).
L. Normas para los miembros
Han de congregarse regularmente.
Ofrendar y diezmar para mantener la iglesia.
Guardar un buen testimonio con la iglesia y con los de fuera.
Deberán tomar la santa cena con fidelidad. Si alguno por algún motivo no quisiera tomar la santa cena deberá hablar con el pastor para que sea él el que le pueda aconsejar. Si algún miembro sin ningún motivo no tomara la santa cena durante 2 meses se establece que pierde los derechos como miembro.
Como miembro se exige en los cultos la máxima reverencia por respeto a Dios. En los llamados se rogaría interceder por las almas.
El miembro de la iglesia debe asistir obligatoriamente a las 2 reuniones que se hacen al año. De no hacerlo deberá notificar al pastor los motivos.
M. Cuerpo Ministerial
Si el pastor no estuviera en la iglesia por diferentes motivos, se establece el siguiente orden para reemplazarlo:
M.1. Todo a nivel de la iglesia:
1 – El pastor, ministro o obrero que el pastor hubiera designado
“si hubiera tiempo de sustituir al pastor”.
2 – Ministros de la congregación.
3 – Ministros auxiliares de la congregación.
4 – Obreros nacionales de la congregación.
5 – Obreros locales de la congregación.
6 – Colaboradores (ancianos, secretario, diáconos/as, ujieres, ).
M.2. A nivel ministerial:
En cuanto a imposición de manos, llamamientos, unción de aceite, queda establecido a nivel de iglesia que será el Pastor o en su defecto los ministerios designados por el Pastor.
Los Obreros y/o Ministros que ministren fuera de la Iglesia con cobertura de la Iglesia:
lo harán con la cobertura (o apoyo) de la Iglesia.
tendrán también que fluir (ministrar) dentro de la Iglesia, de no ser así la Iglesia no le (s) dará su apoyo (cobertura).
también deben de tener buen testimonio dentro y fuera de la Iglesia, incluyendo la participación a las actividades de la Iglesia con su familia (asistencia, puntualidad,…).
tendrán que avisar con antelación (1 semana si posible) cuando se van a ministrar fuera de la Iglesia.
tendrán que respectar la visión del pastorado y de la Iglesia referente a doctrina y comunión con otras entidades y ministerios.
Si algún cristiano quisiera ser miembro de la iglesia se le exigirá la carta de su iglesia y una vez recibida se estudiará su solicitud y una vez estudiada se le contestará según se haya acordado. Y estará en observación durante 6 meses.